Sunday, October 29

El Automóvil Verde



Si tuviera un Automóvil Verde
saldría a buscar a mi viejo compañero
a su casa en el océano del Oeste.
Ha! Ha! Ha! Ha! Ha! Ha!

Tocaría mi bocina frente a su puerta varonil,
dentro su esposa y tres
niños desparramados desnudos
en el suelo del estar.

Él saldría corriendo
hacia mi auto lleno de heroica cerveza
y saltaría gritando al volante
pues él es el conductor más grande.

Haríamos un peregrinaje a la montaña más alta
de nuestras tempranas visiones de Rocky Mountain
riendo el uno en los brazos del otro,
el deleite sobrepasaría las más altas Rockies.

y después de la vieja agonía, ebrios con nuevos años,
rumbo a un nevado horizonte
reventando la consola con bop original
auto preparado en la montaña

sacudiríamos las nubladas carreteras
donde ángeles de la ansiedad
serpentean entre árboles
y gritan fuera del motor.

Arderíamos toda la noche en el pico de los pinos
vistos desde Denver en la oscuridad veraniega,
esplendor antinatural de un bosque
iluminando la cima de la montaña:

niñez juventud edad y eternidad
se abrirían como tiernos árboles
en las noches de otra primavera
y nos sorprenderían con amor,

pues juntos podemos ver
la belleza de las almas
escondidas como diamantes
en el reloj del mundo,

como magos Chinos pueden
confundir a los inmortales
con nuestra intelectualidad
oculta en la niebla,

en el Automóvil Verde
que he inventado
imaginado y divisado
en las carreteras del mundo

más real que la locomotora
sobre los rieles en el desierto
más puro que el Greyhound y
más veloz que el aeroplano físico.

¡Denver! ¡Denver! Volveremos
rugiendo a través del césped del Edificio City & County
que captura la pura llama de esmeralda
que fluye tras nuestro auto.

¡Esta vez compraremos la ciudad!
cambié un gran cheque en blanco de mi cráneo
para fundar una milagrosa escuela del cuerpo
en el techo de un terminal de buses.

Pero primero conduciremos por las estaciones del centro,
salón de billar albergue club de jazz cárcel
casa de putas desde Folsom
hasta los más oscuros callejones de Larimer

ofreciendo nuestros respetos al padre de Denver
perdido entre las vías férreas,
en un estupor de vino y silencio
santificando los arrabales de sus décadas,

saludémoslo a él y a su santa valija
de oscuro moscatel, bebamos
y reventemos las dulces botellas
sobre Diesels como prueba de lealtad.

Luego conduciremos ebrios por avenidas
donde los ejércitos marchan y aún desfilan
tambaleándose bajo el invisible
estandarte de la Realidad -

disparados por la calle
en el auto de nuestro destino
compartimos un arcangélico cigarrillo
y nos vemos la suerte el uno al otro:

reputaciones de iluminación sobrenatural,
desolados y lluviosos fragmentos de tiempo
arte mayor aprendido en la desolación
y nos separamos después de seis décadas...

y sobre el asfalto de una intersección,
lidiar el uno con el otro con principesca
gentileza una vez más, recordando
célebres conversaciones muertas en otras ciudades,

El parabrisas está lleno de lágrimas,
la lluvia moja nuestros pechos desnudos,
nos arrodillamos juntos en la sombra
en medio del tráfico nocturno del paraíso.

y ahora renovamos el voto solitario
que nos hicimos tomar el uno al otro
en Texas, una vez:
No lo puedo inscribir aquí...
.....
....

¿Cuántas noches de sábado serán
emborrachadas por esta leyenda?
¿Cómo llegará la joven Denver a llorar
a su olvidado ángel sexual?

¿Cuántos muchachos golpearán el negro piano
imitando el exceso de un santo nativo?
O ¿cuántas chicas caerán lascivas bajo su espectro en las altas
escuelas de la noche melancólica?

Mientras todo el tiempo en la Eternidad
en la pálida luz del radio de este poema
nos sentaremos tras sombras olvidadas
oyendo el jazz perdido de todos los sábados.

Neal, ahora seremos héroes reales
en una guerra entre nuestras vergas y el tiempo:
seamos ángeles del deseo mundial
y llevémonos el mundo a la cama antes de morir.

Durmiendo solo o con un compañero,
con una chica o un marica, una oveja o un sueño,
yo fallaré por falta de amor, tú, saciedad:
todos los hombres caen, nuestros padres cayeron antes,

pero resucitar esa carne perdida
no es sino un momentáneo trabajo mental:
un monumento sin edad al amor
en la imaginación:

un memorial construido con nuestros propios cuerpos
consumidos por el poema invisible -
Temblaremos en Denver y perduraremos
aunque la sangre y las arrugas nos cieguen.

Así que este Automóvil Verde:
Te doy en vuelo
un regalo, un regalo
de mi imaginación.

Saldremos a conducir
sobre las Rockies,
y seguiremos conduciendo
toda la noche hata el amanecer,

luego, de vuelta a tu ferrocarril, el SP
tu casa y tus niños
y a tu destino con la pierna rota
conducirás por las llanuras

en la mañana: y de vuelta
a mis visiones, mi oficina
y apartamento en el Este
volveré a Nueva York.

Nueva York, 1953
Allen Ginsberg
(poemas de juventud)

Friday, October 20

the vast stretches of loneliness



Podríamos llamar a esta noche Avian flu (gripe aviar), como el último single de m.i.a, porque va a tener ese ritmillo que va a matar a todo el mundo. Me apetece esta noche.
Eso sí, prohibido el baile del robot.

Ramón Sampedro decía en la película Mar adentro que no le salían las cuentas de la felicidad. Porque cuando se pasa una enfermedad de las putas, de las de verdad, paradojas de la vida, las cuentas suelen salir mejor: no se suma, se multiplica. Todo es mejor que estar en un hospital haciendo quimioterapia.

Hoy estoy un poco triste.
We are angry-ill-sad-(...), but we have the music.

Thursday, October 19

lucky stars



When you're thinking about nothing but it's something
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Wednesday, October 18

so was another day



¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos y deja que te invite a un café.
Caliente, claro. Y sin azúcar, sin aliento.

Thursday, October 12

hi, how are you?



yip! jump music...
Yo lo que quiero es que me lleves al cine...
A Una casa en el fin del mundo, de Michael Mayer, El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, Copying Beethoven, de Agnieska Holland, o Scoop, de Woody Allen, Palíndromos, de Todd Solondz, Lamando a las puertas del cielo, de Wim Wenders, y especialmente, y la más difícil, The Devil and Daniel Johnson, de Jeff Feuerzeig.

El laberinto del fauno la he visto esta misma tarde con Maite, nos ha gustado. Me ha hecho pensar sobre la posibilidad de elegir y de cómo nos definen las opciones, lo que escogemos hacer.
La última tengo muchas ganas de verla. El otro día estuve un rato leyendo letras de Daniel Johnson, son preciosas verdad que sí ?
Luego me salta mi padre:
(Papá): si te gustara mirar la lección como todas esas cosas de música y cine sacarías matrículas.
(Yo): y tú podrías irte a los años 20 o cuando igual todavía se decía `mirar la lección´.

El otoño, afortunadamente, es largo.

Tuesday, October 3

mediastino

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