américa

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Era su deber empezar a economizar inmediatamente.
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Mi precariedad económica podría ser una buena excusa para quedarme en casa poniendo al día cosas. Poner al día, vaya expresión. Pero no sé si me apetece quedarme en casa. Estoy a punto de terminar de leer Mercure, y estoy deseando comprar La escala de los mapas de Gopegui.

Aunque estoy bien otra vez en casa, echo de menos Bruselas.
Bruselas no se acaba nunca.

Hoy haciendo la compra me he acordado de Carlos, que me escribía desde el trabajo y me contaba cómo hacían algunos anuncios de éstos de supermercados: ..."tomate en rama 65 céntimos el kilo, que nos los quitan de las manos..." y el tomate rojo radioactivo con reflejos de un flexo que le ponen encima sin vergüenza ni pudor.

Let´s combat the eating of the world.