mear en espacios públicos

pupilas grandes

De nuevo vuelta a la normalidad después de mi viaje a la Belgique.
Me he traído un álbum para poner las fotos, un monedero y muchos recuerdos. El domingo seis horas en el bus, pero no me importó nada, yo con mi discman y mis pensamientos feliz. Me compré una chocolatina snickers en la parada de Alfajarín. Me quedé con un trozo de la letra de una canción de Morrissey ("So how can anybody say they know how I feel? the onlyone around here who is me, is me.."). Me venían a la cabeza todo el rato cosas del viaje; la Grand Place, conversaciones, la residencia, le fuse, las calles de Amsterdam, el bar fontaina, caras, el bar-café latei en el barrio chino, los croissants, las sonrisas, la nieve, el frío, la música y los chicos del Van Gogh, el tranvía, el metro, las pagodas, el color, las cenas, la gente, los olores, la compañía.
El lunes estuvo todo el día lloviendo, como ayer. Fui al oculista y me dijo que por ahora no necesito gafas y que tengo las pupilas muy grandes (esto ni es bueno ni es malo, pero no es normal).
Ayer martes fui a clase de arte. La cogí de libre elección porque siempre he ido por ciencias y no he tenido oportunidad de aprender sino de lo que había leído por mi cuenta. Analizamos la pintura de Ingres. Sobre todo sus retratos. La elegancia de las expresiones, el sentido del reposo, la calma psicológica...
Luego di un paseo con mi hermana. Y por la noche al fín recogí la maleta.

Ahora, sólo re-incorporarme, y beber de los vientos que vengan.